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31 de octubre de 2013

Humo....silencioso



Hay asesinos ruidosos y asesinos silenciosos. Los dos matan, pero tendemos a temer más a los primeros que a los segundos. Ciñéndonos al tema del humo, hay un asesino ruidoso, el tabaco, al que es muy fácil acusar del cáncer de un paciente cuando éste se realiza un chequeo y confiesa ser fumador. Pero hay mucha gente que muere del humo de los coches que contaminan el aire que respiramos, y ningún médico alude a él al detectar un tumor en el pulmón de un paciente con hábitos saludables, puesto que no es posible establecer una relación causa efecto evidente. Pues bien, con el humo de las cocinas pasa algo parecido.
El humo que desprenden las cocinas alimentadas por carbón, estiércol o madera es, según un informe de la Organización Mundial de la Salud difundido por EFE, el quinto factor de riesgo para la salud en los países subdesarrollados y en vías de desarrollo, y mata cada año a dos millones de personas. Las mata silenciosamente, de la misma forma que acarrea infinidad de enfermedades crónicas respiratorias y cardiovasculares sin que nadie sospeche de él, o sin que nadie le mire mal.
Ante esta brutal realidad, se ha ha puesto en marcha una campaña de concienciación, recaudación de fondos y erradicación de las “cocinas deficientes”, amparada por una asociación que se hace llamar Global Alliance for Clean CookstovesHumo (Alianza Global de Cocinas Limpias), y que cuenta con el apoyo de organizaciones como la ONU, personalidades como Hilary Clinton, celebridades como Julia Roberts, chefs de cocina como José Andrés, además de multitud de gobiernos, empresas privadas, ONG’s, etc. La fecha fijada para conseguir que cien millones de hogares de todo el mundo sustituyan sus “cocinas asesinas” por otras limpias, es el año 2020. Difícil reto, teniendo en cuenta sobre todo el difícil acceso que muchos tienen a los llamados “combustibles limpios”, por falta de infraestructuras.

29 de octubre de 2013

Bacterias / Antibióticos



Los antibióticos fueron uno de los grandes avances de la medicina moderna y, en justa correspondencia, su pérdida de eficacia es uno de los grandes problemas de la contemporánea. Cuanto más usamos –y abusamos de— los antibióticos, más resistentes se hacen las bacterias a ellos, hasta el extremo de que buena parte de la mortalidad hospitalaria se debe a agentes infecciosos refractarios a cualquiera de estos fármacos o sus combinaciones. Científicos daneses presentan ahora una solución asombrosamente simple: alternar entre ciertos pares exactos de antibióticos.


No vale alternar cualquier antibiótico con cualquier otro, como ya saben muchos que lo han hecho. Por ejemplo, el cloranfenicol puede alternarse con la polimixina B, pero no con la fosfomicina ni con la rifampicina; la tetraciclina puede alternarse con la colistina, la nitrofurantoína o la estreptomicina, pero no con la kanamicina o la amoxicilina. Cada par de antibióticos útil para combatir la resistencia es un mundo, y no podía predecirse a partir de primeros principios. Ahora, hay que usar la lista de los biólogos daneses.
Cambiar al paciente de un antibiótico a otro es una práctica obvia y extendida cuando surgen resistencias –aunque no siempre eficaz—, pero el trabajo de hoy va mucho más allá, al identificar las secuencias de fármacos exactas que permiten erradicar la resistencia y al desarrollar un sistema racional.

Los autores reconocen que sus resultados no pueden llegar a la práctica clínica sin superar antes los ensayos clínicos que demuestren su seguridad y eficacia. Sus experimentos se han llevado a cabo in vitro, con una bacteria modelo de laboratorio –Escherichia coli,es habitual en el intestino humano— y técnicas de evolución artificial para hacerla resistente a cada uno de los 23 antibióticos más utilizados en la medicina.
También han confirmado sus resultados con dos cepas bacterianas aisladas de pacientes, ambas recogidas en los hospitales daneses por constituir casos notables de multirresistencia, o resistencia simultánea, a media docena de los antibióticos más valiosos. Y sus conclusiones se mantienen con ese material más realista: utilizar los pares de antibióticos correctos suprime la resistencia. ¿Hay posibilidades, entonces, de abordar los ensayos clínicos a corto plazo?
"Creemos que este concepto, el ciclo de sensibilidad colateral, será directamente aplicable para el tratamiento de pacientes, puesto que los antibióticos que hemos usado en nuestro estudio ya están aprobados por los reguladores sanitarios; obviamente, estos ensayos requieren que el médico evalúe su validez clínica; en el caso de las infecciones crónicas, pensamos que los ciclos de sensibilidad colateral tienen un fuerte potencial de impactar en la práctica clínica”.
La “sensibilidad colateral”es el concepto central de su investigación y se trata de lo siguiente. Cuando una población de bacterias se ve atacada por un antibiótico, lo habitual es que intente adaptarse a él. Este proceso, aparentemente dotado de un propósito presciente, se basa en realidad en la más ciega lógica darwiniana: las meras variantes aleatorias que, por casualidad, resultan vivir un poco mejor en el nuevo ambiente tóxico causado por el fármaco sobreviven y se reproducen más que el resto; la repetición de este proceso durante muchas generaciones –y una generación de bacterias puede durar tan poco como 20 minutos— acaban generando una población de bacterias resistentes al antibiótico en cuestión.


El descubrimiento de Imamovic y Sommer es que ese proceso de adaptación para resistir a un antibiótico genera siempre una hipersensibilidad a otro antibiótico. No a cualquier otro, sino a un antibiótico concreto de una lista de 23, o a lo sumo a unos pocos de esa lista. La explicación es bien curiosa: que la adaptación a los antibióticos se basa en el ajuste fino de una red de genes interrelacionados: una red genética que, literalmente, se ocupa de bregar con los desafíos químicos del entorno. Y al tocar la red para resistir a un antibiótico, a la bacteria le resulta inevitable hacerse muy vulnerable a otro.
En la lógica profunda de las redes metabólicas y de los circuitos genéticos que las codifican –o las significan— yace una balanza que imparte una suerte de justicia bioquímica. Siempre es posible adaptarse a una agresión, pero nunca sale gratis.
Las resistencias a los antibióticos llevan décadas creciendo en los entornos hospitalarios, y cada vez más en cualquier otro entorno. La razón es el uso extensivo —en el caso de los hospitales— o directamente el abuso –en el de la recetitis con que se viene tratando la soledad en estos tiempos duros— de estos fármacos esenciales, que junto al saneamiento de las aguas se han podido apuntar el grueso de la duplicación de la esperanza de vida que han conseguido las sociedades occidentales en el siglo XX. Y de la que esperan alcanzar los países en desarrollo en el XXI, y mejor antes que después.


El trabajo de los científicos daneses se centra en los antibióticos, pero la aparición de resistencias no es ni mucho menos una peculiaridad de estos fármacos: lo mismo ocurre con los tratamientos para la tuberculosis, los paliativos de la malaria o la quimioterapia contra el cáncer. Sommer cree que su estrategia de ciclos de “sensibilidad colateral” puede tener relevancia también en esos campos alejados de su experimentación.
“En el caso del cáncer”, sigue diciendo, “se sabe también que el desarrollo de resistencia a la quimioterapia en el tumor puede resultar en sensibilidad colateral (hipersensibilidad a un fármaco distinto); de acuerdo con esto, también vemos un potencial notable para aplicar los ciclos de sensibilidad colateral a los tratamientos del cáncer”.



Olor y cancer




De las múltiples carreras que en paralelo afrontan los investigadores médicos, la del diagnóstico precoz y sencillo es de las más activas. Casi ninguna patología se libra, pero en oncología en donde parece que el beneficio puede ser de los mayores. Y pocas cosas pueden ser más sencillas y rápidas que medir compuestos en el aliento de una persona para saber si tiene un problema de estómago. Es lo que han ensayado investigadores israelíes y chinos en un trabajo que publica British Journal of Cancer.
En el estudio participaron 130 personas, 37 con cáncer de estómago, 32 con úlceras y 61 con otros problemas gástricos. La prueba es muy sencilla: se les hacía soplar y su aliento era analizado por tres sensores. Si estos detectaban indicadores de cáncer u otros problemas, los registraban. En concreto, se medían cinco sustancias: 2-propenonitrilo, 2-butoxietanol, furfural, 6-metil-5-hepten-2-ona e isopreno.
Los resultados, a confirmar en futuros análisis a mayor escala, fueron muy buenos. Para los casos de cáncer gástrico, la sensibilidad de la prueba (capacidad de detectar el problema) era del 89%, Su especificidad (no se confundía el resultado con otros casos) era del 94%. Para las úlceras eran algo peores: 84% de sensibilidad y 87% de especificidad.


En el ensayo se comprobó que otros factores, como el tabaquismo (un proceso por el que el aliento de los pulmones se llena de sustancias fruto de la combustión del pitillo), no interferían en los resultados. Tampoco se daban falsos positivos por consumo de alcohol o por la presencia de Helicobacter pylori, la bacteria que se sabe es causa de las úlceras (este hallazgo proporcionó el Nobel en 2005 a sus descubridores, Barry Marshall y Robin Warren).
El estudio, si se comprueba y se generaliza, tiene una aplicación inmediata: diagnosticar el cáncer de estómago lo antes posible y de una manera fácil. Con ello se evitarían procedimientos como las endoscopias y las biopsias. Esto sería muy útil en países con peores estructuras sanitarias, aparte de que resulta mucho más cómodo para el paciente. La idea sería crear una especie de alcoholímetro con los nanosensores y prepararlos para que un indicador cambiara de color al registrar el cáncer o la úlcera.
La posibilidad de diagnosticar de una manera temprana sería muy útil. Lo engorroso de las pruebas hace que muchas veces este no se identifique hasta tarde. Lo que empeora su pronóstico. Se trata de un tumor en el que la cirugía es la mejor opción, por lo que mientras menos haya que extirpar, es mejor para el paciente.

El ensayo tiene también otra aplicación futura: mostrar que hay métodos de diagnóstico no invasivos que merece la pena estudiar. Hace dos años, un estudio mostró que se podía entrenar a perros para identificar el cáncer de colon en las heces o el aliento de los enfermos, y ha habido otros ensayos similares para otros tumores (En 2004 se publicó que unos perros detectaban el cáncer de vejiga oliendo la orina de los afectados), pero con una ventaja: se podría prescindir del perro.

 


Siempre han circulado anécdotas sobre perros detectares de cáncer, en sus dueños, pero esta vez los expertos aseguran que este fenómeno ha sido probado científicamente (Hosp. Amersham, Inglaterra)
El cáncer produce un olor particular, y como los perros tienen un olfato tan desarrollado, los científicos decidieron aprovechar esa capacidad para detectar esos olores.
Durante el termino de siete meses, se entrenaron a un grupo de perros de diferentes razas y edades para distinguir entre la orina de pacientes sanos y orina de pacientes con cáncer de vejiga.
Los perros pueden detectar el cáncer

Para cada perro se usaron siete muestras de orina, de las cuales solo una pertenecía a un paciente con cáncer. La prueba se hizo nueve veces con cada animal. Además, todos los perros seleccionaron como positiva una muestra de un paciente cuyos resultados médicos, indicaban que no tenía cáncer.
Como todos los animales la señalaban como positiva, se le hicieron más pruebas al paciente y se les encontró un tumor en el riñón derecho. Debemos destacar que no todos los canceres tienen el mismo olor (pulmón, mamas, etc.), por eso el entrenamiento del perro, es distinto en algunas detecciones (cáncer epidémico, melanomas).

Seria oportuno, iniciar el conocimiento sobre la percepción canina de esos olores emanados por el paciente: El olfato es extraordinario, siendo muy elevado el número de células olfativas, estimadas de 125 a 300 millones según la raza, mientras que el hombre posee unas 500.000.
En la epidermis de nuestra piel, existen varias capas de células muertas que contienen "queratina". Diminutas partículas de las mismas, se desprenden constantemente con una frecuencia media de 40.000 por minuto y son elevadas y transportadas por el aire en movimiento, que las dispersa, aunque tienden a concentrarse sobre la fuente de donde emanan (paciente)
Estas partículas portadoras de olor humano, se encuentran envueltas por bacterias y vapores, como el sudor y la grasa, que ciertas glándulas cutáneas vierten al exterior.
Las glándulas sudoríparas (ecrinas) responsable del sudor, se activan por efecto del calor y predominan, en las palmas de las manos y la planta de los pies. Las glándulas apocrinas (glándulas sudoríparas modificadas) son accionadas por efecto del estrés y el miedo, generando sus secreciones un olor importante para la captación, por el olfato del perro. Se encuentran localizadas en axilas, ingles y aureolas mamarias.



28 de octubre de 2013

Hormigas Humile

http://www.azoresbioportal.angra.uac.pt/imagens/Imagenes/Novembro08//Linepithema_humile_A.jpg



Linepithema humile  Mayr, 1868
La hormiga argentina (Linepithema humile) es una especie nativa del noreste de la Argentina, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil pero se ha expandido a todos los continentes, excepto la Antártida, y llegado a lugares aislados y muy lejanos de su hábitat natural, como Hawái, Japón, Nueva Zelanda y Noruega. Las reinas miden unos 4 mm y las obreras entre 2 y 3 mm. No existe división de castas entre las obreras.
Se le considera una plaga o especie invasora porque ataca y destruye colonias de especies nativas de los sectores que habita, además que se dedica a la crianza de áfidos, de los cuales extrae una sustancia azucarada como alimento. Los áfidos se alimentan de plantas por lo tanto son perjudiciales para la agricultura. Está incluida en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
 http://www.azoresbioportal.angra.uac.pt/imagens/Imagenes/Fotos_14Out08//Linepithema_humile.jpg






Linepithema humile, la hormiga argentina, una plaga en expansión.

Seguramente muchos habréis oído hablar de la hormiga argentina Linepithema humile (Mayr, 1868). Esta hormiga procede de la zona norte de Argentina, Uruguay y sur de Brasil. Es una hormiga de color marrón y de pequeño tamaño, desde 2-3mm (obreras) hasta los 4-5 mm de las reinas. En su zona de origen es una hormiga que pasa casi desapercibida, pero la cosa cambia radicalmente en los lugares donde ha sido introducida. Se estima que el auge de los transportes marítimos de los siglos 18’ y 19’, fueron los causantes de su traslocación e introducción en otras localidades y continentes: América del Norte, Europa y hasta Asia y Australia. En España se la cita por primera vez en 1923.
Lo que hace especial a esta especie es que fuera de su área natural forma supercolonias. Las hormigas en general suelen ser muy agresivas con otras de su misma especie pertenecientes a otros hormigueros o colonias (agresividad intraespecífica = regulación natural de la población). Pensemos que no hay otro organismo que sea mayor competidor y por tanto, enemigo de uno mismo que otro de la misma especie, ya que éste tendrá los mismos requerimientos de comida, espacio, etc. En cambio, las hormigas argentinas no parecen desarrollar este comportamiento fuera de su área natal por lo que sus esfuerzos se concentran en procrear y no en luchar entre ellas mismas, adquiriendo sus poblaciones un comportamiento invasivo. En Europa coloniza la franja costera, generalmente en zonas cálidas y húmedas, aunque también se han encontrado colonias en ciudades del interior (España, Gran Bretaña, Alemania…) aprovechando zonas fuertemente antropomorfizadas. Existe una supercolonia de millones de hormigueros interconectados que recorre desde el norte de España, Portugal, sigue por toda la costa española, el mediodía francés y casi toda la costa mediterránea italiana…. Imaginemos unos 6.000 Km de hormigueros interconectados que no luchan entre sí, sino que cooperan (*). La razón por la que se cree que actúan así puede ser debida a la poca diversidad genética producto de pocos especimenes fundadores (en su momento, pocas reinas fundadoras tuvieron éxito reproductivo), aunque no está claro aún si ello es una causa o un efecto posterior debido a una rápida mutación y/o empobrecimiento genético (cuello de botella).

Los peligros de esta especie de hormiga traslocada son múltiples y variados: Para empezar desplazan y aniquilan a otras especies de hormigas. Generalmente a los pocos años de llegar la hormiga argentina a una localidad determinada, desaparecen gradualmente por agresión y competencia interespecífica todas las demás especies de hormigas… Tengamos en cuenta que hay especies de hormigas nativas, que aunque el gran público no lo sepa, son unos grandes reguladores del ecosistema, por ejemplo cazan ingentes cantidades de insectos dañinos para muchas especies vegetales (tanto en bosques como en cultivos humanos). A este respecto la hormiga argentina además acostumbra a “pastorear”, es decir protege y alienta la cría de pulgones que se alimentan de la savia de las plantas, también protege a “su ganado” contra cualquier amenaza por lo que entorpecen la labor de otros insectos polinizadores beneficiosos. Además, por su costumbre de formar largas hileras son capaces de buscar y encontrar alimento relativamente lejos de sus nidos o en cualquier despensa humana contaminándolas o echándolas a perder. Hemos de señalar la ausencia en esta especie de vuelos nupciales (así reducen drásticamente la mortandad de las castas reproductoras), son poligínicas (varias reinas por hormiguero) y se fundan nuevas colonias por gemación (o “fisión”), es decir, una o varias reinas fecundadas se hacen acompañar por un numero variable de obreras y establecen un nuevo hormiguero… que obviamente continuará conectado al de origen en todos los sentidos desde el alimenticio al genético… Como Monomorium pharaonis (Linnaeus, 1758) también se le achaca ser un vector de contaminación vírica por lo que su presencia en clínicas y hospitales (lugares por lo general cálidos y húmedos) es vigilada con atención.
En fín una verdadera plaga que no nos debe de engañar por el reducido tamaño de sus especímenes, si no que hay que tenerla muy en cuenta por el gran número de los mismos.


23 de octubre de 2013

Consumo y Tierra




Reflexiones:



Wangari Maathai, Nobel de la Paz en 2004: "No son las cosas grandes las que marcarán la diferencia, sino más bien los pequeños pasos que demos cada uno cada día". Es nuestra apuesta en esta nueva andadura. Cambiemos el rumbo. Está a nuestro alcance. Cada uno de nosotros, cada lector, cada periodista tiene en su mano más poder del que se imagina. Con sus pequeñas decisiones diarias -qué compra, dónde, cómo va a trabajar, cómo es su casa, a quién vota, dónde ahorra, qué come...- puede lograr que el planeta se recomponga.  Martin 
Luther King: "Si supiera que el mundo se ha de acabar mañana, yo hoy aún plantaría un árbol". No se piden grandes esfuerzos, ni siquiera renunciar a la comodidad. La misma recomendación sirve para las compras que para nuestra vida: rechace el exceso de envoltorios, el empaquetado superfluo; lo único que hace es complicar nuestra bolsa de la basura. 
E. F. Schumacher, economista: "Debemos vivir con sencillez para que otros, sencillamente, puedan vivir".


1 Cambie las bombillas incandescentes por otras de bajo consumo. Son más caras, pero duran hasta diez veces más, y gastan entre cuatro y cinco veces menos.
2 Las bolsas de basura de nuestras casas no paran de engordar. Otro síntoma más de la sociedad de consumo. En 1990, un español generaba una media de 323 kilos de residuos domésticos al año; en 2004, esta cantidad había aumentado a 524 kilos.
3 Paneles Solares : pesar de ser un país privilegiado en este sentido, a pesar del extraordinario potencial de sol con que contamos, España está muy por detrás en instalación de paneles en casas respecto a otros países. Como Alemania y Austria, que soportan muchos más días nublados.
4 Cuidado con la basura tecnológica; los aparatos electrónicos contienen sustancias peligrosas. Una batería de cadmio del móvil puede contaminar 600.000 litros de agua. No tire estos residuos a la basura. Llévelos a un punto limpio. Y pienselo  antes de cambiar de aparato. 
 5 Ojo con el agua. Revise todos los grifos de la casa. Que no goteen. Una forma de reducir el consumo es colocar difusores de caudal. Si tiene jardín, instale riego por goteo.
6 Si nuestra única opción es el coche, busquemos uno que consuma lo menos posible. Pensemos en las opciones de modelos híbridos. O en echar al depósito biocarburante.
7 Participe. El 80% de la población europea y el 60% de la mundial viven en ciudades. El ritmo de concentración urbana continúa a un ritmo cada vez más acelerado. No adopte una actitud pasiva. Movilícese. La ciudad la hacemos entre todos. Participe en movimientos y plataformas vecinales, y tenga en cuenta los compromisos ambientales de verdad cuando vote. Exija zonas verdes, son sanas.
8 Pensemos un poco: los países desarrollados (un 20% de la población) emplean el 80% de los recursos naturales. Si todos los habitantes del planeta consumieran a ese ritmo, la Tierra quedaría agotada en poco tiempo. Antes de comprar una nueva prenda, un nuevo aparato, piense si realmente es necesario. Detrás de cada objeto, por simple que sea, hay un consumo de energía, una generación de residuos, un gasto de agua.
9 Plante un árbol. Y mejor de una especie autóctona. Aparte de la satisfacción de asistir a su crecimiento y mejorar el paisaje en un país con tanta tendencia a la desertificación como España. Hay un dato fundamental para frenar el cambio climático: por término medio, un solo árbol absorbe una tonelada de dióxido de carbono a lo largo de su vida.
10 Denuncie al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) (062), muy activo y eficaz, los atentados que contemple contra el medio natural; desde alguna instalación que está contaminando un río o un arroyo hasta la quema de rastrojos o neumáticos, o vertederos incontrolados, o el uso de venenos, que siguen haciendo estragos en el campo español, y alambradas ilegales. Denuncie también todos aquellos proyectos urbanísticos ilegales que sólo buscan el enriquecimiento rápido de unos pocos a costa de maltratar el paisaje natural. No se instale en la comodidad mirando hacia otro lado.
Foggy river | rush, silhouette, river, fog, dawn


   

Acacia Blanca





OTRO TESORO NATURAL :  La "ACACIA" BLANCA ( Faidherbia albida)
 Se utiliza para la fijación del nitrógeno. Es un  arbol, que como todas las leguminosas, fija en sus raices el nitrogeno. Lo cual beneficia la tierra que lo circunda .
 Y como toda planta sirve para el  control de la erosión. Algo  muy importante en Africa.
A diferencia de la mayoría de los otros árboles, arroja sus hojas en la estación de las lluvias, por esta razón, es muy valorado en la agrosilvicultura, ya que puede crecer entre cultivos sin sombrearlos. 
 


Por eso a su alrededor se suelen poner pequeños huertos. En este caso maiz. 
Foto después de recoger el maiz.

La Faidherbia albida es uno de los mayores árboles espinosos, llegando a 30 m de altura, con ramas y una copa redondeada. La corteza es rugosa y de color marrón oscuro, o lisa y verde-gris, las ramas jóvenes de color blanco a gris ceniza característica en forma de zigzag. Las estípulas espinosas, rectas, de unos 2 cm de largo, de color crema. Las raíces pueden crecer hasta los 40 m de profundidad.
Las hojas con 3-10 pares de pinnas, cada una teniendo 6-23 pares de folíolos bastante grandes, de 3,5-9 x 0,7-3 mm, de color gris-verde. Las flores en delgados picos de color blanco cremoso con 4-14 cm de largo. Cáliz 1-1,7 mm de largo, glabro a pubescente, con 5 sépalos. La corola de 3-3,5 mm de largo con 5 pétalos libres.
 

 El fruto es una vaina inusual, brillante de color naranja a rojizo-marrón, gruesa, indehiscente, característica y claramente curvada y trenzada, grande, de hasta 25 x 5 cm. Cada vaina contiene 10-29 semillas de color marrón oscuro, ovoides, brillantes cada una de 10 x 6,0 mm y separadas por un tabique delgado. El tegumento es duro, impermeable y coriáceo.
Se utiliza para la fijación del nitrógeno para las cosechas y control de la erosión. Las vainas de las semillas son muy importantes para el ganado y se utiliza como alimento para los camellos en Nigeria. Su madera es usada para la construcción de canoas, morteros y majas. También tiene usos en alimentación, bebidas y medicinales.



 
A diferencia de la mayoría de los otros árboles, arroja sus hojas en la estación de las lluvias, por esta razón, es altamente valorado en la agrosilvicultura, ya que puede crecer entre cultivos sin sombrearlos.
-Tiene valor medicinal para el tratamiento de infecciones como las del aparato respiratorio, también para la malaria y las fiebres. Es útil en el tratamiento de los problemas de sistema digestivo. La corteza se emplea en la clínica dental de higiene y de su extracto se emplea en el tratamiento del dolor de muelas. El extracto también se utiliza para tratar infecciones oculares en las granjas de animales.
 





15 de octubre de 2013

Jardines verticales

Vgreen.CL - CREADORES DE JARDINES VERTICALES EN CHILE

Los jardines verticales son un sistema impermeabilizante de larga duración.Lo que desgasta el impermeabilizante de cualquier construcción son los rayos solares. Cuando usted instala un techo o jardín vertical protege el impermeabilizante, aumentando su vida útil de 5-10 años a más de 30 años; lo cual se traduce en un ahorro considerable.Los techos y jardines verticales también son un aislante natural del ruido y el calor, además de hacer más frescos los espacios debido a la transpiración de las plantas, reduciendo así el uso de aires acondicionados.La instalación de un jardín vertical en un edificio con una fachada de nos ahorra dinero en consumo eléctrico.
 


El jardín vertical aparece como un aislamiento ecológico, una manera diferente de ver la naturaleza haciendo arte basándonos en cómo crecen las plantas en su estado natural. Los jardines verticales son arte, ciencia y un valor añadido a las fachadas e interiores de edificios, creando así un nuevo interés comercial en las viejas y nuevas construcciones.Con el diseño de jardines verticales no sólo se maximiza el interés comercial de un inmueble si no que aumenta su precio de venta. 
 http://barbarela.net/wp-content/uploads/2011/11/000-Caixa-Forum.jpg
Bonita fachada vegetal realizada por Patrick Blank en el Caixa Forum de Madrid


La falta de espacios vegetados en la ciudad ha generado un boom de los llamados jardines verticales en espacios públicos y privados.  Estos jardines la mayoría de las veces son fachadas vegetales, es decir, paramentos verticales recubiertos de vegetación. El resultado es un mural verde que aporta todos los beneficios de las especies vegetales al medioambiente y que a veces puede llegar a considerarse una obra de arte, como es la fachada vegetal realizada por Patrick Blank en el Caixa Forum de Madrid.
Pero ¿deberían llamarse jardines verticales? Un jardín es un espacio diseñado para el placer de los cinco sentidos: visión, audición, gusto, olfato y tacto. En este caso se reduce al placer de la visión y por tanto en caso de llamarse jardín sería contemplativo.
¿Y qué jardín vertical puede ofrecer placer a los cinco sentidos? Aquel en el que además de verse se puedan escuchar los sonidos que generan la fauna o el movimiento de sus plantas, se puedan coger sus frutos, oler sus tallos y flores, rozar sus hojas…,es decir, un jardín que se pueda recorrer y en el que se pueda estar. Son lugares, son jardines transitables.


Lo novedoso de estos muros vegetados respecto a las fachadas y pérgolas tradicionales cubiertas por plantas trepadoras es que el sustrato vegetal pasa de estar en el suelo a estar suspendido en la pared.
Esto ha permitido que aumente infinitamente el abanico de especies a elegir, pues ya no se depende solo de plantas trepadoras que por sí mismas crecen cubriendo superficies, sino que se puede elegir la vegetación que se quiera siempre y cuando se estudie el sistema radicular de la planta y el tipo de soporte vertical sea el adecuado.
Se consiguen así combinaciones de especies que hasta ahora solo se veían en superficies horizontales o iclinadas realizadas a través de sistemas de contención del terreno como mallas geotéxtiles, muretes, rocallas, piezas prefabricadas,etc, que no conseguían llegar a la verticalidad.
Actualmente existen varios sistemas de fachadas vegetales desarrollado por empresas que venden los paneles prefabricados ya sembrados a un precio elevado y con un mantenimiento asociado, de manera que el usuario se convierte en un simple observador.

El tamaño cada vez más reducido de las viviendas hace que sea difícil convivir con vegetación, y esa falta de interacción es lo que demanda el ciudadano.  Muestra de ello son las actuaciones de apropiación de solares abandonados por parte de colectivos que deciden crear huertas urbanas o jardines en sus barrios, o los constantes diseños emergentes  que permiten tener plantas en espacios reducidos dentro de casa.
Dada esta falta de contacto con la vegetación en las viviendas lo deseable sería que cada ciudadano accediera a un jardín en un radio de máximo 15 minutos de su casa. Debido a la falta de suelo en la ciudad, la propuesta de realizar jardines verticales diseñados como entendemos las plazas, parques o jardines horizontales de nuestras ciudades, que no solo garanticen las condiciones necesarias para que la vegetación viva en vertical, sino que se piensen para el uso y disfrute de los ciudadanos, sería una buena solución.
La diferencia de espesor entre un muro vegetado que oscila entre 30cm y 1m y un jardín vertical que podría diseñarse partiendo de un ancho de 1,5m no es tan grande. Por tanto es importante valorar ambas opciones antes de desarrollar un proyecto.
Si la ciudad además de cubrir sus medianeras o tapias de vegetación, ofreciese espacios públicos en altura, entonces los jardines verticales dejarían de ser una moda que lo cubre todo de verde para vender una falsa sostenibilidad.


IMG 4143 ¿Cómo hacer un jardín vertical con un palet? Nos sirven incluso unos sencillos palets.


 

Cubiertas vegetales

 Techos Verdes en Noruega

  Techados vegetales

Reducen la contaminación ambiental y el cambio climático. Las plantas absorben diversas partículas contaminantes y el dióxido de carbono (CO2). Con solo el 6% de techos cubiertos de vegetación en Toronto se eliminarían 30 toneladas de partículas contaminantes de la atmósfera cada año, según Green Roofs, una asociación para el fomento de los techos verdes en América del Norte.
Controlan la temperatura. Así lo señalan diversos estudios, como uno del Instituto Americano de Ciencias Biológicas, que asegura que en verano pueden reducir el consumo de aire acondicionado hasta en un 25% y evitar en invierno pérdidas de calor de hasta un 50%. Asimismo, limitan el fenómeno de la "isla de calor", que eleva la temperatura en las grandes ciudades.

Disminuyen el consumo energético. Un menor gasto en climatización ahorra energía. Un estudio de la consultora Weston Design señalaba que si todos los edificios de Chicago tuvieran techos verdes, se ahorrarían 68 millones de euros en energía, el equivalente a la producción de varias centrales térmicas de carbón o un pequeña central nuclear.
Protegen el edificio y las zonas colindantes. Si están bien construidos, el techo se conserva mejor al estar más protegido de las inclemencias. Las calles también se benefician, ya que al absorber el agua de la lluvia contribuyen a no saturar las alcantarillas.

Combaten el ruido. Los techos verdes y, en general, los sistemas que cubren de vegetación las edificaciones, como las paredes vivas, reducen la contaminación acústica en las ciudades provenientes del tráfico rodado y de otras fuentes, como el aire acondicionado. Por ello, el "greening", o reverdecimiento urbano, se incluye en la Estrategia de Infraestructuras Verdes de la Unión Europea.
Aumentan la biodiversidad urbana. Las plantas, además de aumentar la biodiversidad en sí mismas, sirven de cobijo a otras especies, de manera que se consiguen ciudades más verdes.

Techos Verdes en Noruega

También conocidos como techos vivientes, ecológicos o ajardinados, ya se usaban en la antigüedad por pueblos como los vikingos. En la década de los 60 del pasado siglo, diversos arquitectos y diseñadores recuperaron en Alemania esta práctica, que se ha extendido a otros países del mundo.
Uno de los precursores es el techo verde del edificio Geno Haus, en Stuttgart (Alemania). Construido en 1969, se remodeló en 1990. Algunos promotores han aprovechado la rehabilitación de edificios antiguos para incluirlos. Es el caso del "Dreamhouse", en el barrio Lijnbaan de Róterdam (Países Bajos). Originario de 1950, posee tres pisos con escaparates en la planta baja y una azotea ajardinada. En Francia el museo "Historial de la Vendée" se inauguró en 2006 con casi dos hectáreas verdes de especies nativas en su techo.
Ya fuera de Europa, en Estados Unidos, uno de los techos verdes más destacados es el del City Hall de Chicago. Desde los edificios colindantes se puede admirar, como ocurre con el autor de la foto que encabeza este artículo. En Nueva York, el techo verde del edificio residencial "The Solaire" fue elaborado en 2003 y es obra del arquitecto Rafael Pelli y la paisajista Diana Balmori.
En Japón, donde se promueve la instalación de estos elementos verdes urbanos, destaca el Fukuoka Prefectural International Hall. Posee 100.000 metros cuadrados sobre 15 terrazas encima y más de 35.000 plantas.
En España también se pueden ver algunos buenos ejemplos de techos verdes. La Villa Bio, en Llers (Girona), incorpora la vegetación local para estar en sintonía con el entorno mediterráneo. En Santander, la OS House se adapta también al terreno con la vegetación de los alrededores. y mas....




Vivienda está inspirada en  Gaudí, con paredes curvas y enormes ventanales.Con criterios bioclimáticos.

Hambre

Pertenece a los alimentos catalogados como RUTF (Ready to Use Therapeutic Food), se llama Plumpy Nut y es obra de un pediatra e investigador francés llamado André Briend

El producto “milagro” se engloba en los alimentos catalogados como RUTF (Ready to Use Therapeutic Food), se llama Plumpy Nut y es obra de un pediatra e investigador francés llamado André Briend, que se inspiró, un día cualquiera, desayunando, en la crema de nutella que tomaban sus hijos. Junto al empresario francés Michel Lescanne, dueño de Nutriset, una compañía agro alimentaria dedicada al 100% a temas humanitarios, crearon en 1999 una pasta a base de leche en polvo, cacahuete, azúcar y diversas vitaminas y nutrientes que ahora usan todas las agencias hunanitarias (ONU, UNICEF…) y ONG.


Cacahuete, azúcar, grasa vegetal y leche en polvo descremada, enriquecida con vitaminas y minerales. Esa es la composición de un milagro, de un milagro que administrado dos o tres veces al día de cuatro a seis semanas significa salvar la vida de un niño, de miles de niños con desnutrición aguda severa, una “enfermedad” que ha infectado a miles, millones de niños en el Cuerno de África. Se suele emplear para las urgencias alimentarias.  ¿Por qué? Sencillo, es el mejor remedio para contener la hambruna en los niños, especialmente en los más vulnerables, los menores de 5 años.

No contiene agua, lo que les hace resistentes a las bacterias. No requiere preparación previa y su caducidad está fijada en 24 meses. Se reparte en sobres individuales de 92 gramos envasados al vacío, listos para comer, con un aporte de 500 calorías. Hasta entonces se venían usando diversas soluciones: sales yodadas que había que disolver en agua, con el riesgo de enfermedades que ello supone, barritas nutritivas que también necesitaban agua, suplementos alimenticios que obligaban al niño a estar en el hospital.


Lo más interesante es que Nutriset, cuya fábrica está en Normandía, ha creado y la “Plumpy Field Network“, una red de empresas franquiciadas que fabrican los productos en otras partes del mundo, especialmente en aquellos países que viven y sufren más de cerca la crisis alimentarias y que, por tanto, tienen mayor capacidad de actuar. Así, en Etiopía, está HILINA, una fábrica que con la crisis actual del Cuerno de África, está aumentando su producción para pasar de una media de 300 a 800 toneladas al mes.

Los cacahuetes se utilizan tostados o cocidos, con todo y vaina, para luego ser consumidos por las gentes; también sin cáscara y tostados y salados; los granos enteros o fraccionados se utilizan en dulces, pasteles, galletas y otras confecciones; en mantequilla de cacahuete; aceite de cacahuete, panes de cacahuete, etc.
Los granos frescos contienen de 35 a 32% de proteínas y de 40-50% de grasa y además cistina, tiamina, riboflavina y niacina. Son altamente nutritivos y en consecuencia tienen una parte de importancia en la dieta de millones de gentes que no pueden adquirir proteínas y grasas animales.



El aceite de cacahuete se hace cociendo los cacahuetes fraccionados en recipientes especiales o mediante su extracción e a una presión hidráulica de 3 ó 3 toneladas. Se pueden utilizar para la cocina en su estado natural o se puede procesar en una gran variedad de productos.
Recientes estudios han tratado de encontrar la relación entre una elevada producción de aceite, en las diferentes variedades ensayadas, y su base molecular. Algunas variedades de cacahuete mutantes contienen hasta un 80% de grasas, principalmente monoinsaturadas. Los niveles normales alcanzan entre un 36-67%. Los objetivos de estos trabajos fue investigar mutaciones que fueran la causa de esos altos niveles de grasas en los cacahuetes. Todas estas investigaciones se encaminan ha encontrar marcadores moleculares para dichas variedades así como mejorar genéticamente las variedades existentes. Los datos obtenidos sugieren que los fenotipos ricos en aceites están correlacionados con la expresión o no de determinados genes.

La pasta de cacahuete es un excelente alimento suplementario para el ganado que contiene de 40 a 50% de proteínas, de 6 a 20% de grasa, cistina y vitaminas del complejo B. Esta pasta también se utiliza para el consumo humano en algunos países tropicales, después de que las proteínas hayan sido parcialmente descompuestas mediante la acción de hongos. La pasta en la forma que se obtiene de la fábrica de aceite se pulveriza, se humedece por un día en agua, se elimina el aceite de la superficie, se lava varias veces, se somete a vapor, y se le comprime en moldes cuadrados o rectangulares. Las aplicaciones de micelio de Rhizopus (Rhizopus oryzae Went) en mezcla con la harina de arroz, dan a la pasta de los moldes una apariencia blanco grisácea, o blanca, en tanto que las aplicaciones de Monilia (Monilia sitophila Sacc) en mezcla con harina de maíz, les dan una color naranja. Se deja que los hongos se incuben durante varios días en la pasta en un lugar bien sombreado. Cuando la pasta está lista par usarse en la alimentación se obtienen trozos que luego se fríen o se utilizan en sopas. Es una alimento de muy fácil digestión y altamente nutritivo, así como de buen sabor.


Con frecuencia los cacahuetes se cultivan para utilizarse como forraje, heno, pastura o ensilado, en cuyo caso las plantas deben cosecharse antes de su floración. Los pequeños brotes también pueden utilizarse en la alimentación como legumbres. Son ricos en proteínas y calcio, pero si se consumen en grandes cantidades, pueden causar desarreglos en la digestión.
Es un buen paliativo de crisis alimentaria, pero no de la pobreza. Sirve para que se muera menos gente de hambre, pero lo realmente importante para acabar con la pobreza sería mejorar las explotaciones agrícolas locales”
“Es un instrumento fácil de emplear en situaciones de crisis, en comunidades rurales. Los niños suben de peso, están mejor nutridos. En estados de convalecencia o de prevención funciona bien”, explicó  la nutricionista Anita Sackl, de MSF.
“Estamos apoyando redes para distribuir nuestros productos y llevamos a cabo iniciativas para un mejor acceso nutricional de la población más pobre” en Bolivia, Guatemala y Perú, indicó a Tierramérica el periodista francés Christian Troubé, asesor de Nutriset.
Troubé publicó el año pasado el libro “Nutriset, l’autonomie nutritionnelle pour tous” (“Nutriset, autonomía nutricional para todos”), aún no traducido al español.
En 2007, esta compañía francesa abrió la filial Vitaset en República Dominicana, desde donde fluye la dotación alimenticia para Haití. Sin embargo, su incursión en América Latina marcha a paso lento.
Por ser un cultivo de temporada lluviosa, los agricultores plantan el cacahuate entre mayo y junio para recogerlo entre octubre y noviembre. “Lo hacemos todo, desde la limpieza manual hasta el envasado”, explicó Condado, quien se graduó de economista en la estatal Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
El Grupo Cacaloxúchitl, palabra que en lengua indígena puede traducirse como “lirio que florece en mayo” o “flor de cuervo”, ha financiado el proyecto con sus propios recursos, con los cuales ha adquirido una descascaradora y un molino.
Para los productores, es más rentable dar valor agregado a la materia prima que sólo comercializarla, pues les pagan menos de un dólar por kilogramo de esta legumbre. En cambio, el producto manufacturado se puede vender entre tres y cuatro dólares por cada recipiente de 260 gramos.
“El hecho de que se cultive en muchos países en desarrollo permite utilizar recursos locales para la producción de alimentos terapéuticos, dotando a los países de mayor autosuficiencia y seguridad alimentaria”, declaró Guimón.
“Es fácil de usar en lugares donde el cacahuate forma parte de la dieta local. México podría ser un sitio ideal para un proyecto similar”, indicó Sackl.
En India, Kenia y Etiopía, por ejemplo, han surgido fábricas que procesan alimentos terapéuticos listos.
El futuro de la cooperativa pasa por la obtención de la certificación orgánica, el acceso a financiamiento público y la incursión en los esquemas de economía solidaria y comercio justo.



África y sus tierras



El Pais 8 Oct 2013

El Banco Mundial y las Naciones Unidas están convencidos de que África puede convertirse en el gran granero que alimente al resto del planeta. Sin embargo, hay voces que alertan de que ello podría tener implicaciones negativas para la seguridad alimentaria de la propia población africana. La pregunta que suena cada vez más en determinados círculos políticos y económicos es: ¿debe vender cantidades masivas de alimentos una región donde el hambre y la escasez siguen presentes?
El continente africano, y en particular el África subsahariana, es una zona de amplios contrastes. Mientras la sequía extrema y el hambre golpean a países como Namibia, un reciente trabajo de la Fundación Mo Ibrahim, que promueve el buen gobierno en la región, destaca que de los 15 países del planeta donde más ha crecido la producción agrícola entre 2000 y 2008, siete son africanos: Angola (13,6%), Guinea (9,9%), Eritrea (9,3%), Mozambique (7,8%), Nigeria (7%), Etiopía (6,8%) y Burkina Faso (6,2%). ¿Cómo interpretar situaciones tan dispares? En 2050, la población africana se duplicará y ya serán 2.000 millones de personas que atender. ¿Tendrá África capacidad para alimentar a los 54 países que la dibujan y al mismo tiempo a un planeta que le exige cada vez más alimentos?
“¡Desde luego que África podría ser el granero del mundo!”, exclama Mercy Wambui, experta de Uneca (Comisión Económica para África de Naciones Unidas). “Pero antes tienen que producirse una serie de cambios internos. Comenzando por una gestión más eficaz de los recursos”. Sin embargo, el terreno es sólido. “África posee el 60% de las tierras [la mayor extensión del mundo] potencialmente cultivables del planeta”, incide Aaron Flohrs, socio especialista en esta región de la consultora McKinsey. De hecho, según el Anuario Estadístico de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), un 79% de los campos que podrían cultivarse en el continente están sin trabajar. Y la gestora de fondos de inversión Fidelity asegura que solo se explota el 10% de los 400 millones de hectáreas de tierra cultivable situadas entre Senegal y Sudáfrica. Suficiente, apunta Fidelity, no solo para alimentarse ellos mismos sino para satisfacer la creciente demanda mundial.
“El potencial es enorme, pero hace falta impulsarlo con políticas de desarrollo sostenible”, reflexiona Mercy Wambui. Dicen los expertos que para lograrlo hay que romper el ciclo de la agricultura de subsistencia (el 85% de las explotaciones africanas ocupan menos de dos hectáreas), invertir en infraestructuras que apoyen el crecimiento del sector (carreteras, puentes, embalses) y alcanzar economías de escala. Pero estas son ideas que parecen sacadas de un manual de economía, la vida en África impone sus propias enseñanzas.
África genera al año 700 millones de toneladas de productos agrícolas, que le reportan 313.000 millones de dólares (230 millones de euros), según el Banco Mundial. O sea, la agricultura explica el 15% de su riqueza. Sin embargo, la exportación de alimentos básicos cayó del 3,8% en 2003 al 3,5% en 2012. Así lo revela la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, en sus siglas inglesas).

África alberga más de la mitad de la tierra cultivable del planeta
Sudáfrica, uno de los países africanos con mayor desarrollo agrario, es un importador neto de comida. ¿Cómo es posible? Thabo Ncalo y Humphrey Gathungu, responsables de la gestora de fondos Stanlib Africa Equity Fund Managers, aportan varias pistas. “Muchas explotaciones aún dependen de la lluvia y carecen de sistemas de irrigación propios. Además, la producción aumentaría drásticamente si utilizaran fertilizantes y mejores técnicas de labranza”, aseguran. Pero no todo es una cuestión de rendimiento sino también de ahorro. Las pérdidas que se producen al finalizar la cosecha se han convertido en un mal endémico. Solo en el cereal oscilan entre el 15% y el 20% de todo lo recogido. Es una merma que cuenta. “Una reducción del 1% en ese tipo de pérdidas puede transformarse en una ganancia al año de hasta 40 millones de dólares (30 millones de euros)”, calculan los analistas Ncalo y Gathungu.
La FAO lleva tiempo avisando de que en el mundo se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos al año. Un tercio del total. Es más, la organización advierte de que en 2050 el planeta necesitará 71 millones de hectáreas de cultivos adicionales para alimentarse. África y su granero tendrán entonces que entrar en escena urgidos por la necesidad. ¿Podrán responder al desafío?


El sector agrícola africano crece a una tasa limitada de entre el 2% y el 5% anual. Parte desde niveles bajos y todavía tiene un fuerte potencial de mejora. Y tierra donde hacerlo no le falta. “Mozambique, Nigeria y Zambia comparten las mayores extensiones de campos infrautilizados del continente”, desgranan en Fidelity.
Las posibilidades se extienden a los territorios del sur, centro y este. Naciones como la República Democrática del Congo cuentan con un vasto granero (el 52% de todas las tierras del país son cultivables) sin utilizar debido a las guerras civiles y los conflictos sociales. Y esto nos lleva a otra consideración. Las estrategias agrícolas, para que tengan éxito, deben estar respaldadas por buenas políticas de gobernanza, y aquí el continente falla. También flaquea en la gestión del agua, que según los expertos del banco Citigroup “es el verdadero desafío en el África subsahariana”, donde solo un 4% de los cultivos están irrigados. Un reto que, por ejemplo, exige realizar inversiones en infraestructuras para extender el regadío.
Es una lectura del problema que encaja con la que el Banco Mundial plasmaba en el trabajo Growing Africa: Unlocking the Potential of Agribusiness, publicado en marzo pasado. Esta institución piensa que África podría crear un mercado de alimentos en 2030 de un billón de dólares (736.500 millones de euros) si abriera sus puertas a la entrada masiva de capitales, empresas y tecnología extranjera. Pero esta propuesta encuentra la oposición de varias organizaciones no gubernamentales, ya que esa idea, aseguran, transita justo en la dirección contraria. “¿A quién beneficia este mercado si está controlado por especuladores financieros de Londres, Nueva York o Pekín?”, se pregunta Henk Hobblink, coordinador de la organización Grain. “Utilizar prioritariamente las tierras agrícolas para exportar mientras haya personas que pasan hambre en el continente es un crimen. Y echar a los campesinos de sus campos para dárselos a inversores foráneos para que produzcan más es, además, un error”.
Esta última frase de Henk Hobblink traslada el texto al fenómeno del acaparamiento de grandes extensiones de tierras (y agua) en África. La ONG Grain denuncia que unos 60 millones de hectáreas del continente (algo más del tamaño de España) han sido puestas en manos de extranjeros para su explotación, dejando fuera a las poblaciones rurales que tradicionalmente las habían trabajado como medio de subsistencia. Es muy recomendable para entender la magnitud del problema echar un vistazo al detalle de las mismas en landmatrix.org, el único portal del mundo que compila las transacciones. Hay 819 recogidas en todo el planeta. Nada menos que 383 corresponden a África. Un 46% del total. España solo aparece en una operación, de 15.000 hectáreas, en el territorio de Mozambique.
“El acaparamiento de tierras y las inversiones extranjeras para convertir África en el granero del mundo no son nada nuevo. Es un disfraz de neocolonizadores de corbata a caballo del libremercado: cultiven azúcar, cacao, café, caucho —decían entonces— y saldrán de la miseria. Cultiven soja, palma africana o cualquier cosa que necesite la agroindustria o nuestros automóviles —dicen ahora— y verán cómo les llueve el progreso. Mentiras criminales”, afirma, rotundo, Gustavo Duch, coordinador de la publicación Soberanía alimentaria.



Sin duda África necesita inversión en sus campos, pero con un modelo que incluya a sus agricultores, no que los excluya. Los consultores de Mckensey calculan que en el África subsahariana son necesarios 38.000 millones de euros al año para que el sistema agrícola funcione mejor. A pesar de todo, hay optimismo. “Ha llegado la hora de que la agricultura africana sea un catalizador del fin de la pobreza”, observa Makhtar Diop, vicepresidente del Banco Mundial para la región africana.
Esta institución cree que África podría ser uno de los principales exportadores del mundo de azúcar, maíz, soja, arroz y biodiésel y tener el mismo éxito que en su día tuvo América Latina o el sudeste asiático. También da su lista para el África subsahariana: aceites vegetales, grano para el ganado, horticultura, aves de corral y arroz. ¿Pero tiene capacidad de exportar quien aún no es capaz de alimentar a toda su población? La región es uno de los mayores consumidores e importadores del planeta de un grano tan básico como es el arroz. La mitad de lo que consume viene de fuera y los africanos pagan un precio muy alto por ello, unos 3.500 millones de dólares al año (2.578 millones de euros). África ha hecho un esfuerzo produciendo un 5% más (26,6 millones de toneladas en 2012) frente a 2011. Sin embargo, no es suficiente. También habrá 25 millones de hectáreas adicionales de maíz en 2013. Pero tampoco parece bastante. En Zambia este cereal proporciona ya la mitad de las calorías de la dieta de sus habitantes. Consumen 133 kilos de cereales cada año. Su dependencia es enorme. ¿Qué hacer? ¿Recurrir a cultivos genéticamente modificados y su propuesta de agricultura intensiva?
Carlos Vicente Alberto es responsable de Sostenibilidad en Europa y Oriente Próximo de Monsanto, el principal fabricante de semillas genéticamente alteradas del planeta y, también, una de las empresas con peor imagen del mundo. Él lo tiene claro: “Los cultivos modificados genéticamente pueden contribuir a incorporar tecnologías agrícolas más eficientes en el uso de los recursos (suelo, agua, energía). Es decir, más productivas y sostenibles”. Una visión rechazada de plano por los grupos ecologistas. Pero no solo por ellos. Antonio Hernández, socio de Internacionalización de KPMG, descarta algunas de esas ideas. “La agricultura intensiva a gran escala tiende a ser intensiva también en capital y no crea puestos de trabajo. A la vez desplaza a las personas. ¿Consecuencia? Pierden su empleo en la agricultura de subsistencia”, avisa. Sin que necesariamente obtengan un puesto de trabajo alternativo en la explotación agrícola intensiva.
Pocos dudan, como sostiene Mercy Wambui, de que “África necesita un milagro para impulsar su productividad agraria y equipararla al incremento de la población, pero hasta ahora no hay consenso en que el uso de las semillas biológicas sea la solución”.
Los cultivos modificados genéticamente ponen sobre la mesa la fragilidad de la agricultura en la región. Pese a todo, muchos economistas ven en el continente, y por ende en su potencial agrario, el último gran mercado del planeta. Además, cuenta con “la clase de consumidores que crece más rápido en todo el mundo”, sostiene Michael Lalor, director del Centro de Negocios de África en Johannesburgo de la auditora Ernst & Young. La aseveración lleva a una de las cuestiones más debatidas de África. ¿Está surgiendo una clase media real, en parte como respuesta a ese boom del consumo?
En abril del año 2011, el Banco Africano de Desarrollo publicó un controvertido trabajo (La Mitad de la pirámide: Dinámica de la clase media en África) donde definía a esa clase media africana como aquellos que tenían un consumo per cápita diario de entre dos y 20 dólares (1,5-14 euros). Con estos parámetros, les salían 313 millones de africanos. Claro que tuvo que admitir que el 60% de su recién descubierta clase gastaba entre dos y cuatro dólares al día (1,5-3 euros). Una “clase flotante”, dijo entonces, que se desplaza por encima del límite de la pobreza (menos de dos dólares diarios).
Por su parte, el Banco Mundial, al igual que algunas de las grandes consultoras del mundo, como Deloitte o McKinsey, admiten la existencia de esta clase media estimándola entre 200 y 300 millones de personas. Otros organismos, como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el club de los países más ricos del mundo), rebajan el entusiasmo a los 32 millones de personas. Aunque hay miradas más escépticas. El economista jefe para África del banco Citigroup, David Cowan, asegura que “no existe una clase media africana como tal. Hay una élite emergente y un grupo muy fuerte de consumidores, que está creciendo sin pausa”.
Sea cual sea la estimación más correcta, lo que parece innegable es que la emergencia de esta clase media tiene una repercusión directa sobre la agricultura. “Con mayores ingresos”, observa Sebastian Kahlfeld, gestor del fondo de inversión DWS Invest Africa, perteneciente a la entidad financiera Deutsche Bank, “la demanda de alimentos de más calidad crecerá de forma proporcional. De hecho, un mayor consumo de proteínas, primero con carne blanca y después roja, necesita más producción de piensos para la cría del ganado. Esto aumenta la presión dirigida a mejorar las condiciones de cultivo y de la agricultura en general”. ¿Será suficiente para llenar el granero de África y del mundo? En pocos años lo sabremos.

Datos
  • El continente africano alberga el 60% de la tierra cultivable de todo el planeta.
  • El 85% de las explotaciones de África ocupan menos de dos hectáreas.
  • El 79% de los campos que podrían cultivarse en África están sin trabajar.
  • Solo se explota el 10% de los 400 millones de hectáreas de tierra productiva entre Senegal y Sudáfrica.
  • El sector agrícola crece a una tasa de entre el 2% y el 5% anual.
  • Unos 60 millones de hectáreas cultivables del continente están en manos de extranjeros.
  • Solo un 4% de los campos de cultivo están irrigados, lo que reduce el rendimiento. La producción también mejoraría con fertilizantes y mejores técnicas de labranza.

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Cultivo de papas en Africa